Caminante no hay camino…

Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse de sol y grana,
volar bajo el cielo azul,
temblar súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
....

Canción interpretada por J.M. Serrat

domingo, 1 de marzo de 2009

Sólo entre todos...sabemos todo

Los fenómenos derivan de la relación y por consiguiente, desbordan el ámbito de lo personal. Una relación es más y de otro género, que la suma de las propiedades de ambos socios de la relación (Paul Watzlawick)

La perspectiva redológica privilegia el sistema por sobre los elementos que la componen, lo relacional por sobre el par singular/colectivo, lo emergente por sobre lo diseñado y la organización espontánea frente a la organización impuesta. (Duncan Watts)
Estas dos citas constituyen el marco referencial sobre el que quiero comenzar mi reflexión, acerca de algunas de las cuestiones que hacen que nuestra realidad escolar actual, sea diferente de la que mi generación ha vivido como estudiante.
Pero acaso … ¿estas afirmaciones no eran válidas por ese entonces? Creo que sí, pero la evolución de las TICs les ha otorgado un sentido diferente, una impronta particular.
Estamos rodeados de ofertas académicas a distancia, encendemos nuestra computadora y podemos conectarnos con gente conocida y desconocida a través del facebook, fotolog, iniciar una búsqueda sobre algún tema y encontrar un blog escrito por alguien sobre una temática que nos interesa, recibir cadenas de mails, sms, donde nos informan sobre hechos que acontecen en nuestra sociedad (juicios a represores, manifiestos de algunas organizaciones, extravío de personas, problemáticas ambientales, etc).
Parafraseando a David de Ugarte “…estamos en un tiempo de cambios y esos cambios tienen que ver de alguna manera con las redes sociales”.
Esto nos hace reflexionar sobre este fenómeno de redes que inunda nuestro entorno, este entorno tecnológico que como dice Scott Lash : es a distancia, donde las cosas suceden a distancia, esta característica lo diferencia del entorno anterior. En el mundo que vivimos nos prolongamos en tecnologías que no dominamos, nos fusionamos en colectivos generados automáticamente, sin jerarquías que puedan certificar quién dice a quién.
Ahora bien… y la escuela?
En la escuela como institución, vemos que comienzan a producirse intercambios mediados por estas nuevas tecnologías, por fuera de su ámbito social en igual o mayor medida que en su interior.
¿Qué hacemos entonces… intentamos negar esta realidad o la asumimos como un desafío?
El tomarla como un desafío nos lleva a pensar en una serie de innovaciones, que permitirán incorporarlas con el fin de facilitar los procesos de enseñanza aprendizaje.
Además, aportaría más elementos que nos permitiría formar individuos críticos y reflexivos, propósito que a menudo vemos enunciado en las planificaciones docentes y en los P.E.I. de centros educativos de todos los niveles.
Una forma de incrementar el conocimiento tanto nuestro como de nuestros alumnos, sería colaborar para agregar valor, es decir reapropiarnos de las tecnologías, entendiéndolas como nuestra extensión, es decir comprender las tecnologías de la colaboración.
“En las formas tecnológicas de vida, la creación de sentido es para otros. Significa dar cuenta: comunicar. Pensar no sólo es al mismo tiempo hacer, es comunicar”. (Scott Lash)4
Por este camino andamos, cuando pedimos a nuestros alumnos que elaboren un blog para comunicar sus trabajos, participar en foros, wikis con compañeros de aula y con otros externos. (Aulas en red).
Partiendo de que cualquier producción de saber es relacional, conectiva y plural, es que podemos pensar en la producción de conocimientos colaborativamente. Esto nos lleva a vincularnos con personas que ni conocemos pero con las que compartimos intereses y de esa manera vamos estableciendo redes.
Estas redes permiten desarrollar lo que llamamos «inteligencia colectiva».
La alfabetización digital a la que vengo haciendo referencia en artículos anteriores, incluye esta posibilidad de reapropiarse de las tecnologías para producir colaborativamente conocimiento a través de redes sociales, como también otros aspectos que no son menos importantes.
Para hablar de ellos cito la siguiente idea de Scott Lash4 “…nuestros entornos han sido colonizados por tecnologías no neutras, tecnologías que tienen propietarios que nos ceden provisoriamente la potestad de su utilización. La marca, la patente y el copyright son cargas simbólicas, cargas que tienen que ver con la construcción de sentido.”
Considerar que no son tecnologías neutras, implica comprender que en ellas subyacen desde su origen determinadas ideologías políticas, económicas, sociales y culturales.
Reconocer que son tecnologías con propietarios, hace que sea necesario entender los mecanismos legales que rigen este nuevo entorno.
A modo de resumen, retomo nuevamente una idea de Scott Lash4: “Las nuevas formas de inteligencia, configuradas a través de los medios telemáticos en forma de comunidades reticulares, pueden ahora multiplicar y optimizar sus recursos cognitivos, pero a condición de que no pierdan de vista el conjunto de restrictores que actúan detrás de escena.”

Seguimos sumando desafíos… la construcción de saberes no es individual, si los docentes logramos entender esta idea… seguramente nuestros alumnos también.

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